En varias ciudades se ha demostrado que la presencia de vegetación en alcorques, ya sea vegetación espontánea o plantada, es una herramienta básica en el control biológico de plagas del arbolado, a la vez que se mejora la salud del árbol y del suelo, aumenta la biodiversidad de la ciudad y cambia la estética de las calles. Existen varias experiencias en este sentido en Barcelona (2018-actualidad), Manresa (2016-actualidad) y Valencia (2014-actualidad): NATURALMENTECACERES.CCOM
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